Post by Boricuas Online on May 11, 2005 14:22:57 GMT -5
Es la cara la más afectada por esas desagradables espinillitas, pelotitas, pústulas y nódulos, y debido a que no la podemos ocultar es común recibir comentarios de la gente en cuanto a qué pasa en el cutis y recomendaciones para tratarlo. Esto trae definitivamente más ansiedad al que padece de acné, al punto en que puede llevarlo a deprimirse, aislarse y evitar contacto visual. Por lo tanto, cuando hablamos del acné entramos en un tema complejo en donde muchos factores influyen. Es de conocimiento general que la herencia, las hormonas -especialmente los andrógenos-, el ambiente, el estado emocional y factores locales en la piel tienen mucha importancia.
La lesión del acné se origina principalmente en los folículos sebáceos localizados principalmente en la cara, espalda y pecho, además de otras áreas. En estos folículos sebáceos por influencia hormonal la glándula sebácea se agranda y aumenta la producción de sebo (un material graso compuesto principalmente de triglicéridos y ácidos grasos).
Influenciado por factores genéticos hereditarios, la apertura del folículo sebáceo por donde debe salir el fluido a la piel se ocluye o forma un taponcito microscópico de células de la piel, entorpeciéndole libre flujo de sebo y aportando en la formación de un microcomedón o espinilla. Esta es la lesión primaria del acné, la cual por influencia de otros factores como bacterias puede cambiar a una lesión inflamada que se puede clasificar como pápula, pústula o nódulo.
Se conoce que el folículo sebáceo está colonizado por unas bacterias que viven dentro de éstos llamada Propionibacterium acne (P. acne) que se alimenta del sebo y deja libre ácidos grasos que provocan inflamación y es responsable de los nódulos rojos y molestosos que tanto desagradan.
De manera que cualquier tratamiento para mejorar el acné debe tener en cuenta todos los factores que influyen en la formación de las lesiones de este tipo.
Una de las técnicas más nuevas que se han introducido para tratar el acné utiliza una luz visible azul para reducir las lesiones inflamatorias como pápulas, pústulas o nódulos hasta en un 70% de los casos que se tratan.
Esta nueva tecnología para el tratamiento de acné se basa en el hecho de que en el folículo sebáceo afectado por acné habita una bacteria conocida como Propionibacterium acnes (P. acnes) la cual es responsable en gran medida por las lesiones inflamatorias como nódulos y pelotitas rojas con pus que comúnmente vemos en el acné.
Esta bacteria produce en su metabolismo una sustancia llamada coproporfirina III y cuando se expone la bacteria a la luz visible azul-violeta con un largo de onda entre 405-420 nanómetros se activa la producción de ese compuesto que resulta tóxico a la bacteria, lo que provoca la autodestrucción de la bacteria sin afectar o dañar el tejido normal circundante. Esto lleva a un mejoramiento del acné ya que al destruir la bacteria P. acnes las lesiones inflamatorias se reducen o desaparecen.
Una modificación a esta técnica es la aplicación tópica de ácido aminolevulinico (Levulan) en el área afectada por el acné, seguido por la exposición a la luz azul (Clearlight o Blu-U) luego de un periodo de incubación de una hora o más. Esta técnica conocida como terapia Fotodinámica aumenta la efectividad del tratamiento de acné ya que el ácido aminolevulínico se concentra en las glándulas sebáceas que producen el acné y al activarse con la luz azul promueve la reducción del tamaño de las glándulas y eliminación de las bacterias. En resumen: se observa una disminución del acné en un periodo más corto de tiempo.
Dentro de las modalidades que utilizan este tipo de luz se encuentra el sistema patentizado de fotoaclaramiento de acné o APC (Acne Photo Clearing) el cual utiliza una luz visible conocida como ClearLight. Este tipo de luz no contiene rayos ultravioleta ni radiaciones que puedan ser nocivos a la piel.
El protocolo del tratamiento consiste en exponer el área afectada al Clearlight por 15 minutos dos (2) veces por semana o semanalmente hasta completar 8 sesiones de tratamientos. Estudios clínicos han demostrado que con este método hasta un 70% de los pacientes de acné experimentan una disminución de más de un 60% de las lesiones inflamatorias. Esta mejoría puede perdurar por varios meses luego de terminado el tratamiento (se pueden dar sesiones adicionales de ser necesario).
Durante el tratamiento, en la mayoría de los casos no es necesario el uso de medicinas tópicas u orales, aunque sí se pueden utilizar si así lo requiere el caso. Puede que en las primeras semanas de intervención se vea cierto empeoramiento que luego desaparece según avanza el tratamiento.
Uno de los puntos más importantes en cuanto a este nuevo método Clearlight es la selección adecuada del paciente y las expectativas reales en cuanto a resultados. En esto se requiere de peritaje del especialista de la piel o dermatólogo para poder distinguir entre los distintos tipos de acné y otras condiciones parecidas a éste como reacciones acneiformes, folliculitis, rosácea, fotodermatitis y otras para las cuales se requieren otros tratamientos.
El profesional de la medicina especialista en dermatología, además podrá sugerir y seleccionar otras modalidades de tratamientos que puedan ayudar en los distintos aspectos del acné incluyendo las cicatrices, manchas y poros dilatados.
Recuerde que el acné es una condición que, aunque común, es compleja y cada día hay disponible una mayor cantidad de opciones para tratarla.
El autor es dermatólogo y director médico de Dermatólogo.
La lesión del acné se origina principalmente en los folículos sebáceos localizados principalmente en la cara, espalda y pecho, además de otras áreas. En estos folículos sebáceos por influencia hormonal la glándula sebácea se agranda y aumenta la producción de sebo (un material graso compuesto principalmente de triglicéridos y ácidos grasos).
Influenciado por factores genéticos hereditarios, la apertura del folículo sebáceo por donde debe salir el fluido a la piel se ocluye o forma un taponcito microscópico de células de la piel, entorpeciéndole libre flujo de sebo y aportando en la formación de un microcomedón o espinilla. Esta es la lesión primaria del acné, la cual por influencia de otros factores como bacterias puede cambiar a una lesión inflamada que se puede clasificar como pápula, pústula o nódulo.
Se conoce que el folículo sebáceo está colonizado por unas bacterias que viven dentro de éstos llamada Propionibacterium acne (P. acne) que se alimenta del sebo y deja libre ácidos grasos que provocan inflamación y es responsable de los nódulos rojos y molestosos que tanto desagradan.
De manera que cualquier tratamiento para mejorar el acné debe tener en cuenta todos los factores que influyen en la formación de las lesiones de este tipo.
Una de las técnicas más nuevas que se han introducido para tratar el acné utiliza una luz visible azul para reducir las lesiones inflamatorias como pápulas, pústulas o nódulos hasta en un 70% de los casos que se tratan.
Esta nueva tecnología para el tratamiento de acné se basa en el hecho de que en el folículo sebáceo afectado por acné habita una bacteria conocida como Propionibacterium acnes (P. acnes) la cual es responsable en gran medida por las lesiones inflamatorias como nódulos y pelotitas rojas con pus que comúnmente vemos en el acné.
Esta bacteria produce en su metabolismo una sustancia llamada coproporfirina III y cuando se expone la bacteria a la luz visible azul-violeta con un largo de onda entre 405-420 nanómetros se activa la producción de ese compuesto que resulta tóxico a la bacteria, lo que provoca la autodestrucción de la bacteria sin afectar o dañar el tejido normal circundante. Esto lleva a un mejoramiento del acné ya que al destruir la bacteria P. acnes las lesiones inflamatorias se reducen o desaparecen.
Una modificación a esta técnica es la aplicación tópica de ácido aminolevulinico (Levulan) en el área afectada por el acné, seguido por la exposición a la luz azul (Clearlight o Blu-U) luego de un periodo de incubación de una hora o más. Esta técnica conocida como terapia Fotodinámica aumenta la efectividad del tratamiento de acné ya que el ácido aminolevulínico se concentra en las glándulas sebáceas que producen el acné y al activarse con la luz azul promueve la reducción del tamaño de las glándulas y eliminación de las bacterias. En resumen: se observa una disminución del acné en un periodo más corto de tiempo.
Dentro de las modalidades que utilizan este tipo de luz se encuentra el sistema patentizado de fotoaclaramiento de acné o APC (Acne Photo Clearing) el cual utiliza una luz visible conocida como ClearLight. Este tipo de luz no contiene rayos ultravioleta ni radiaciones que puedan ser nocivos a la piel.
El protocolo del tratamiento consiste en exponer el área afectada al Clearlight por 15 minutos dos (2) veces por semana o semanalmente hasta completar 8 sesiones de tratamientos. Estudios clínicos han demostrado que con este método hasta un 70% de los pacientes de acné experimentan una disminución de más de un 60% de las lesiones inflamatorias. Esta mejoría puede perdurar por varios meses luego de terminado el tratamiento (se pueden dar sesiones adicionales de ser necesario).
Durante el tratamiento, en la mayoría de los casos no es necesario el uso de medicinas tópicas u orales, aunque sí se pueden utilizar si así lo requiere el caso. Puede que en las primeras semanas de intervención se vea cierto empeoramiento que luego desaparece según avanza el tratamiento.
Uno de los puntos más importantes en cuanto a este nuevo método Clearlight es la selección adecuada del paciente y las expectativas reales en cuanto a resultados. En esto se requiere de peritaje del especialista de la piel o dermatólogo para poder distinguir entre los distintos tipos de acné y otras condiciones parecidas a éste como reacciones acneiformes, folliculitis, rosácea, fotodermatitis y otras para las cuales se requieren otros tratamientos.
El profesional de la medicina especialista en dermatología, además podrá sugerir y seleccionar otras modalidades de tratamientos que puedan ayudar en los distintos aspectos del acné incluyendo las cicatrices, manchas y poros dilatados.
Recuerde que el acné es una condición que, aunque común, es compleja y cada día hay disponible una mayor cantidad de opciones para tratarla.
El autor es dermatólogo y director médico de Dermatólogo.