Post by Boricuas Online on Jul 25, 2005 13:48:35 GMT -5
Sonoros aplausos de un grupo multicultural se escucharon cuando la reina Noor y el artista puertorriqueño Ricky Martin entraron al teatro del Palacio de la Cultura poco después de las 8:00 de la noche para inaugurar el Congreso de la Niñez Arabe.
Ataviado en traje negro y con un hatta -pañuelo típico con cuadros rojos de la región jordana- el cantante agradeció el respaldo del público con una sonrisa y caminó tras la Reina hacia el palco de los oradores especiales de la noche. Martin hizo historia anoche al convertirse en el primer latinoamericano en participar del Congreso que aglutinó a 110 niños provenientes del Oriente Medio, Asia, Africa y Europa.
Luego de que Martin, la Reina y la renombrada artista Latifa Al Tounista se sentaron, las luces del teatro se apagaron y el Congreso dio inicio con una presentación artística del grupo de danza del Centro de Artes Escénicas que dirige la reina Noor desde 1987.
Los jóvenes, explicó a El Nuevo Día la directora del Departamento de Danza, Rania Kamhawi, prepararon para el 25 aniversario una serie de bailes en los que cargaban mosaicos alusivos al país, al árbol de olivo y la iris negra, flor nacional de los jordanos.
Lina Attel, directora del Congreso, presentó luego a Martin, quien en su mensaje reiteró su interés de realizar en Puerto Rico un evento de igual magnitud por el bienestar de la niñez en Latinoamérica. Enfatizó, además, que fomentar la diversidad cultural y la creatividad en los menores “es una manera de prevenir conflictos culturales en el mañana”.
Tras su ponencia, los organizadores le pidieron que cantara un poco del cadencioso tema María, a lo que Martin accedió sin el menor titubeo y el “un, dos, tres” se escuchó fuerte entre un público heterogéneo.
Poco después, la reina Noor otorgó a los oradores especiales una artesanía como símbolo de agradecimiento y a renglón seguido el escenario pareció convertirse en la versión juvenil de las Naciones Unidas cuando los niños desfilaron con sus respectivas banderas y ajuares típicos. Estrecharon las manos con los anfitriones y dos muchachos abrazaron a Martin efusivamente. La ceremonia finalizó con el himno jordano y más aplausos.
Previo a la inauguración del Congreso, Martin acudió en la tarde al Centro de Bellas Artes Escénicas. Bajo un fogoso sol, y acompañado por la prensa internacional, el artista fue recibido por unos 250 niños y jóvenes, quienes le tenían diversas sorpresas. Una jovencita le cantó un solo, otro joven de 22 años pintó su rostro en un canvas que él autografió con mucho gusto y una muchacha palestina le entregó un hatta negro y verde como símbolo de confraternización.
Martin también visitó el único Centro de Niños Maltratados en toda la región árabe. Allí, unos 35 menores tienen un hogar temporal, donde reciben ayuda multidisciplinaria para rehabilitarse del maltrato familiar. El centro, patrocinado por The Jordan River Foundation de la reina Rania, sirve como modelo para el Oriente Medio y al presente trabaja en la legislación de un código de protección para los menores. El centro también recibe ayuda de Unicef.
Durante su visita, una niña de tres años caminó hacia Martin y le regaló un beso en la mejilla, mientras que un pequeño de dos años, buscando capturar la atención del cantante, se ganó que lo alzara en sus brazos. Todo fue risas y sanas horas de esperanza para la niñez.
Enviada especial
Sonoros aplausos de un grupo multicultural se escucharon cuando la reina Noor y el artista puertorriqueño Ricky Martin entraron al teatro del Palacio de la Cultura poco después de las 8:00 de la noche para inaugurar el Congreso de la Niñez Arabe.
Ataviado en traje negro y con un hatta -pañuelo típico con cuadros rojos de la región jordana- el cantante agradeció el respaldo del público con una sonrisa y caminó tras la Reina hacia el palco de los oradores especiales de la noche. Martin hizo historia anoche al convertirse en el primer latinoamericano en participar del Congreso que aglutinó a 110 niños provenientes del Oriente Medio, Asia, Africa y Europa.
Luego de que Martin, la Reina y la renombrada artista Latifa Al Tounista se sentaron, las luces del teatro se apagaron y el Congreso dio inicio con una presentación artística del grupo de danza del Centro de Artes Escénicas que dirige la reina Noor desde 1987.
Los jóvenes, explicó a El Nuevo Día la directora del Departamento de Danza, Rania Kamhawi, prepararon para el 25 aniversario una serie de bailes en los que cargaban mosaicos alusivos al país, al árbol de olivo y la iris negra, flor nacional de los jordanos.
Lina Attel, directora del Congreso, presentó luego a Martin, quien en su mensaje reiteró su interés de realizar en Puerto Rico un evento de igual magnitud por el bienestar de la niñez en Latinoamérica. Enfatizó, además, que fomentar la diversidad cultural y la creatividad en los menores “es una manera de prevenir conflictos culturales en el mañana”.
Tras su ponencia, los organizadores le pidieron que cantara un poco del cadencioso tema María, a lo que Martin accedió sin el menor titubeo y el “un, dos, tres” se escuchó fuerte entre un público heterogéneo.
Poco después, la reina Noor otorgó a los oradores especiales una artesanía como símbolo de agradecimiento y a renglón seguido el escenario pareció convertirse en la versión juvenil de las Naciones Unidas cuando los niños desfilaron con sus respectivas banderas y ajuares típicos. Estrecharon las manos con los anfitriones y dos muchachos abrazaron a Martin efusivamente. La ceremonia finalizó con el himno jordano y más aplausos.
Previo a la inauguración del Congreso, Martin acudió en la tarde al Centro de Bellas Artes Escénicas. Bajo un fogoso sol, y acompañado por la prensa internacional, el artista fue recibido por unos 250 niños y jóvenes, quienes le tenían diversas sorpresas. Una jovencita le cantó un solo, otro joven de 22 años pintó su rostro en un canvas que él autografió con mucho gusto y una muchacha palestina le entregó un hatta negro y verde como símbolo de confraternización.
Martin también visitó el único Centro de Niños Maltratados en toda la región árabe. Allí, unos 35 menores tienen un hogar temporal, donde reciben ayuda multidisciplinaria para rehabilitarse del maltrato familiar. El centro, patrocinado por The Jordan River Foundation de la reina Rania, sirve como modelo para el Oriente Medio y al presente trabaja en la legislación de un código de protección para los menores. El centro también recibe ayuda de Unicef.
Durante su visita, una niña de tres años caminó hacia Martin y le regaló un beso en la mejilla, mientras que un pequeño de dos años, buscando capturar la atención del cantante, se ganó que lo alzara en sus brazos. Todo fue risas y sanas horas de esperanza para la niñez.
Enviada especial
Sonoros aplausos de un grupo multicultural se escucharon cuando la reina Noor y el artista puertorriqueño Ricky Martin entraron al teatro del Palacio de la Cultura poco después de las 8:00 de la noche para inaugurar el Congreso de la Niñez Arabe.