Post by BoricuasOnline on Jul 1, 2005 12:44:47 GMT -5
Memorias USB
DESDE QUE la informática nació, uno de los primeros problemas que se planteó fue el del almacenamiento de la información para luego procesarse automáticamente. Desde las tarjetas perforadas hasta los soportes legibles mediante láser el camino ha sido largo, aunque no hayan transcurrido más que unos 50 años.
La popularización de la informática llegó cuando se estaban olvidando los discos magnéticos de 5,25 pulgadas para introducirse los de 3,5 pulgadas. Pero antes de esos discos ya existían otros sistemas, como los de 8 pulgadas, cintas magnéticas, etc. Incluso poca gente haya utilizado discos de 3,5 pulgadas y 720 Kb de capacidad, o el fallido intento de IBM de generalizar el uso de las unidades de 3,5 pulgadas y 2,88 Mb, los llamados "Extra Density".
Hoy en día el tamaño de los ficheros que se manejan supera con creces, en muchos casos, la capacidad de un disquete estándar, de 3,5 pulgadas y 1,44 Mb de capacidad. Baste pensar que las cámaras fotográficas digitales son capaces de obtener imágenes de mucho mayor tamaño que el que nos ofrece el disco.
Afortunadamente también ha sido paralelo el desarrollo de los CD, que de ser únicamente de escritura (CD-ROM) pasaron a poderse grabar (CD-R) e incluso a ser escritos, borrados y vueltos a escribir (CD-RW). Y el siguiente paso, los DVD, que también es posible grabar, borrar y volver a grabar (DVD-RW). Pero para poder trasladar la información en un CD o en un DVD, se necesita un bolsillo bastante grande y una funda para protegerlo, o bien una cartera donde llevarlo. En el fondo, incómodo para trasladar información todos los días.
Como último paso en los sistemas de traslado de información cada vez encontramos más sistemas basados en memoria flash que se pueden conectar a puertos USB. Estos dispositivos, que a los ojos del usuario son un pequeño disco duro, no son más que un chip de memoria no volátil en el que se graba la información y puede volver a grabarse muchas veces. Debido al desgaste de las células de memoria, es muy posible que antes de que llegue al final de su vida útil lo habrá perdido, debido a su pequeño tamaño.
Estos dispositivos son los sustitutos de los disquetes o los CD para traspasar información entre distintos PC. Con capacidades que empiezan en los 32 Mb, aquí sí que suelen caber los ficheros que se utilizan normalmente. Y así, poder compartir ficheros de varios megas que de otra manera (por ejemplo, por correo electrónico) sería muy complicado enviar.
Hasta aquí es todo estupendo, pero hay un pequeño detalle que puede que haya pasado por alto: si en un dispositivo de memoria USB podemos almacenar información, podemos dar por hecho que también van a poder almacenarse virus. No hay que olvidar que un virus está formado simplemente por datos, y el sistema en el que se almacenan no es un impedimento para su propagación.
Al igual que se recomienda que los disquetes, los correos electrónicos e incluso los CD y DVD sean analizados en busca de virus, también deben serlo los dispositivos de memoria USB.
DESDE QUE la informática nació, uno de los primeros problemas que se planteó fue el del almacenamiento de la información para luego procesarse automáticamente. Desde las tarjetas perforadas hasta los soportes legibles mediante láser el camino ha sido largo, aunque no hayan transcurrido más que unos 50 años.
La popularización de la informática llegó cuando se estaban olvidando los discos magnéticos de 5,25 pulgadas para introducirse los de 3,5 pulgadas. Pero antes de esos discos ya existían otros sistemas, como los de 8 pulgadas, cintas magnéticas, etc. Incluso poca gente haya utilizado discos de 3,5 pulgadas y 720 Kb de capacidad, o el fallido intento de IBM de generalizar el uso de las unidades de 3,5 pulgadas y 2,88 Mb, los llamados "Extra Density".
Hoy en día el tamaño de los ficheros que se manejan supera con creces, en muchos casos, la capacidad de un disquete estándar, de 3,5 pulgadas y 1,44 Mb de capacidad. Baste pensar que las cámaras fotográficas digitales son capaces de obtener imágenes de mucho mayor tamaño que el que nos ofrece el disco.
Afortunadamente también ha sido paralelo el desarrollo de los CD, que de ser únicamente de escritura (CD-ROM) pasaron a poderse grabar (CD-R) e incluso a ser escritos, borrados y vueltos a escribir (CD-RW). Y el siguiente paso, los DVD, que también es posible grabar, borrar y volver a grabar (DVD-RW). Pero para poder trasladar la información en un CD o en un DVD, se necesita un bolsillo bastante grande y una funda para protegerlo, o bien una cartera donde llevarlo. En el fondo, incómodo para trasladar información todos los días.
Como último paso en los sistemas de traslado de información cada vez encontramos más sistemas basados en memoria flash que se pueden conectar a puertos USB. Estos dispositivos, que a los ojos del usuario son un pequeño disco duro, no son más que un chip de memoria no volátil en el que se graba la información y puede volver a grabarse muchas veces. Debido al desgaste de las células de memoria, es muy posible que antes de que llegue al final de su vida útil lo habrá perdido, debido a su pequeño tamaño.
Estos dispositivos son los sustitutos de los disquetes o los CD para traspasar información entre distintos PC. Con capacidades que empiezan en los 32 Mb, aquí sí que suelen caber los ficheros que se utilizan normalmente. Y así, poder compartir ficheros de varios megas que de otra manera (por ejemplo, por correo electrónico) sería muy complicado enviar.
Hasta aquí es todo estupendo, pero hay un pequeño detalle que puede que haya pasado por alto: si en un dispositivo de memoria USB podemos almacenar información, podemos dar por hecho que también van a poder almacenarse virus. No hay que olvidar que un virus está formado simplemente por datos, y el sistema en el que se almacenan no es un impedimento para su propagación.
Al igual que se recomienda que los disquetes, los correos electrónicos e incluso los CD y DVD sean analizados en busca de virus, también deben serlo los dispositivos de memoria USB.