Post by Boricuas Online on Jul 2, 2005 23:41:35 GMT -5
Cuando llega esta época del año, en que celebramos el Mes del Orgullo, reflexionamos sobre el bienestar. Para algunos, el bienestar significa alegría, y así lo manifestarán en las cinco paradas pautadas para celebrar el Orgullo Gay a lo largo y ancho de nuestra isla. Para otros, el bienestar es un momento de reflexión: de la misma manera, habrá quienes dejarán pasar sin mucha bulla las celebraciones alusivas nuestros logros desde Stonewall –los más grandes y los menos notables.
No hay duda de que, al mirar hacia el año que concluye con esta nueva celebración, nos damos cuenta del bienestar que disfrutamos.
Vivimos en un mundo donde la homosexualidad ya no se considera una enfermedad. Tanto el tema del matrimonio entre parejas del mismo género como su alternativa –las uniones civiles— se discuten abiertamente. Es normal ver a padres y madres adoptando niños y niñas sin que para ello medien consideraciones sobre sus preferencias sexuales. En los medios de comunicación, aún con los estigmas que aún se perciben, existen programas que plantean nuestras vidas como mujeres lesbianas y hombres gay que no son caricaturas, sino gente de verdad. Mejor aún, estos programas se exhiben en horarios estelares, auspiciados por compañías que sí consideran nuestra capacidad de consumo y nuestro poder adquisitivo, entre las que se destacan industrias dedicadas al turismo y al entretenimiento, entre muchas otras.
Aún en Puerto Rico nos queda mucho camino para lograr el bienestar que disfrutan otros compañeros y compañeras de otros países que manifiestan su sexualidad sin represiones. La Parada Gay de la Isla se vestirá de gala por sus quince años de vida ininterrumpida como la manifestación más vistosa y comentada del país. Pero no todo será celebración: sabemos que existen desacuerdos entre las representaciones que se manifiestan en la parada, aún entre los compañeros y compañeras de nuestra comunidad. Además, sabemos que las leyes locales no favorecen nuestra comunidad como quisiéramos, protegiendo nuestro derecho a ser, actuar y pensar como queremos.
Ejemplo de ello han sido los arrestos que ocurrieron en un local comercial de Plaza Las Américas, y el hecho de que, aunque somos suficiente mayoría como para afectar el resultado de unos comicios, muchos y muchas deciden permanecer en el clóset para proteger su tranquilidad.
Sin embargo, se respira un aire de esperanza en el ambiente. Tenemos a compañeros/as boricuas destacados en puestos claves que representan el valor de nuestra comunidad con la frente en alto. Cada día, las empresas locales se interesan por la población GLBTT y cómo pueden mercadear sus productos o sus servicios para atraerlos como consumidores fieles que somos. Los medios de comunicación se esfuerzan por presentar perfiles objetivos y balanceados de nuestra comunidad. En ese aspecto, la acogida de nuestra revista Nuevos Tiempos con 10,000 ejemplares y del portal www.orgulloboricua.net –con más de 40,000 visitas mensuales—denotan el interés por llenar el gran vacío que, hasta hace poco, existía para informarnos sobre la vida gay en Puerto Rico.
Entonces, ¿qué tenemos que celebrar? La vida misma y el bienestar que nos trae sentirnos en un balance total. El bienestar es paz, salud, alegría y entusiasmo. Con una actitud positiva, aportaremos nuestro granito para que nuestro mundo sea uno mejor y, tal vez, el año próximo tengamos más razones para celebrar. Por el momento, celebremos con esperanza feliz nuestro Mes de Orgullo.